
Anoche vi Los talentos, de Agustín Mendilaharzu y Walter Jakob. Me habían dicho que me iba a gustar especialmente y fue verdad: está protagonizada por veinteañeros que pertenecen a esa intersección entre “intelectual” y “nerd”.
Cuando vi “Kill Bill 2” sentí euforia en el momento en que Bill menciona a Superman. En una historia tan atiborrada de referencias y homenajes, el cómic de superhéroes era la pieza que faltaba para que yo sintiera a la historia totalmente mía. Una escena de anoche me dio una sensación igual: Los personajes principales, Ignacio y Lucas, se acaban de pelear porque Lucas contó que escribió un poema. Ignacio y Lucas juegan a escribir poemas todo el tiempo, pero Lucas escribió uno de verdad. Ignacio acostumbra refugiarse en la parodia y las “bizarreadas”; es un forrito de esos que convierten el rechazo de los otros en una marca de superioridad. Lucas es de los que sí quieren articular con el mundo, pero no aceptan aprender el léxico de ese mundo y se refugian en una simbología propia, un sistema cerrado, sin hacerse entender. El trío se completa con un amigo que es el protagonista del momento que viene. Se llama Pedro y es menos intelectual y más nerd.
A Pedro le gustaría “hacer algo” con las fantasías que han compartido todos estos años. “Algún día me van a agradecer por haber guardado todo esto”, dice, y se aparece con diez carpetas. Hay cartografías de lugares inexistentes, juegos de mesa caseros, idiomas inventados. Pedro propone que se podría usar Internet para dar a conocer el material.
Pero la obra está situada a principios de la década del 2000: nadie conoce los blogs (ni siquiera Pedro, que los intuye), ni la llamada “Web 2.0”, la red de servicios con material subido por sus usuarios, como Youtube, Deviantart, Facebook, Twitter, Second Life. Nada de eso existe todavía y los amigos de Pedro se ríen de él, mientras sigue enumerando posibilidades. Menciona “juegos de rol”. Para mí, aparece la pieza que faltaba.
El funcionamiento de este trío de amigos, tan sujeto por la inercia, es fácil de encontrar en el mundo real entre estudiantes de algún arte, o aficionados a algún hobby. Pero entre jugadores de rol da lugar a lo que se llama un Fantasy Heartbreaker. “Fantasy Heartbreakers”, en la reciente terminología de los estudios sobre juegos de rol, son algunos juegos de rol con ambientación medieval diseñados por amateurs. En general son un intento de editar profesionalmente reglas caseras, desarrolladas por el grupo para emparchar incoherencias de “Dungeons and Dragons”, la madre de todos los juegos de rol. El problema es que los Fantasy Heartbreakers no ofrecen elementos nuevos, y establecen cambios que sólo son relevantes al grupo en particular que los escribió. Los otros grupos ya tienen sus reglas caseras. Los otros grupos ya tienen sus propios mundos inventados, de hecho: lo que terminó combatiendo al modelo D&D fueron los juegos que proponían a los jugadores construir sus propios mundos, no los juegos que presentaban mundos alternativos al de D&D.
Y la idea de Pedro va por el lado de los Fantasy Heartbreakers, para mí. Pero así y todo la banco. Llenaron diez carpetas de material: tiene que haber al menos media carpeta que valga la pena. Y media carpeta, para empezar, alcanza.
Porque la propuesta de publicar en Internet de Pedro, como el poema “de verdad” de Lucas, son alternativas al ciclo en el que están girando los tres amigos. Son un deseo de salir por la tangente, trazando una conexión entre el círculo y el mundo exterior. Ideas que en la obra son rechazadas sistemáticamente por Ignacio. Un forrito de esos.
Tres amigos con producciones de la infancia, Pedro, Ignacio, Lucas. ¡Tal vez Juan Diego, Pachi, José Luis? ningún ignacio entre nosotros! Superhéroes, historietas, juegos de mesa, juegos de rol, entiendo tus emociones. «Publicar, buscar alternativas, salir por la tangente, trazando una conexión entre el círculo y el mundo exterior.» Está bueno ir por ese camino y superar a Ignacio. La inercia, la repetición, la circularidad son ignacios en todos nosotros cuántas veces y está buenísimo el plan de salir por la tangente hacia una conexión con el mundo. Buena la idea en la peli. Y tu blog es un ejemplo de eso sin duda!. Estás escribiendo muy bien, cada vez mejor, se te ve creciendo bien. Y la información que manejás, de tu propia cosecha, el conocimiento de la historia de D&D y los dilemas de sus seguidores, los mundos posibles, los mundos a construír. Me gusta el tema, tu análisis, y tu forma de hacer saber sobre el film, en todo caso un comentario que también puede evocar la práctica del periodismo, cuando este no es standard y se hermana con la literatura, por allí se escapa, viaja en realidad, por la tangente. Logras un texto que despierta interés y es agradable de leer, es otra forma de conocerte. Me hace muy feliz que hayas escrito. que escribas así. Y está bueno eso de que «con media carpeta para empezar alcanza», me gusta lo que te pasó, que escribiste al toque. Un abrazo grande. Está bueno Internet, en este caso, representando una vía oportuna y contundente para esa conexión con el mundo, esa inscripción tan necesaria. Un abrazo grande!!
(che, no digas film a ver si se ofenden, es una OBRA de TEATRO!)
ja papi! no me felicites enfrente de todos que me da vergüenza :#)
es cierto lo de los ignacios dentro de nosotros, no lo comenté pero también es una faceta de uno mismo. ¿por qué los ignacios del mundo elegirán usar esa faceta con los demás?