Escrito originalmente para una materia de la facu que pedía analizar «los discursos presentes en alguna noticia de opinión, publicidad o película», desde las proposiciones de lxs autores trabajadxs, acerca de las Tecnologías de Información y Comunicación.
The Punisher (conocido en España como El Castigador) es una serie de Netflix, basada en un personaje de las historietas de superhéroes de Marvel Comics. En el presente trabajo analizaremos el segundo episodio de su primera temporada (1).
(1) Lightfoot, S. (Guionista), Shankland, T. (Director), & Barringer, G. (Productora). (2017, noviembre 17). Dos hombres muertos [episodio de televisión]. En Marvel – The Punisher. Los Gatos, California: Netflix.
Nos proponemos, dentro de lo posible, ceñir nuestra perspectiva sólo a la información presentada dentro de este capítulo, como si no tuviéramos conocimiento alguno de lo ocurrido anteriormente en esta u otras series, ni las encarnaciones del personaje en otros medios.
De hecho, ni siquiera analizaremos el capítulo entero. Tan solo sus primeros cuarenta minutos. Lo que sigue es un resumen ajustado de los sucesos de la trama, despojados en lo posible de toda opinión. Está separado por escenas para facilitar su lectura. El relato se titula Dos hombres muertos.
- Escena 1: Un hombre viaja con sus hijos en un ferry, en torno a la Estatua de la Libertad. Por lo que conversan nos enteramos de que se trata de un soldado que está de visita con sus hijos, antes de volver al frente en Afganistán. Otro hombre lo observa desde los asientos del ferry. Resulta ser el mismo hombre, años después, que está viajando en el ferry recordando lo anterior.
- Escena 2: El hombre llega a un restorán. Recibe una llamada anónima al teléfono público. El diálogo nos revela que el hombre se llama Frank Castle y que todos lo suponen muerto. El hombre del teléfono le cuenta que a él también lo suponen muerto, que su seudónimo es Micro, y le propone una alianza. Frank sale rápidamente y trepa a un techo donde supone que va a encontrar a Micro escondido. Sólo hay un celular y un CD que Micro le dejó.
- Escena 3: Frank sueña con una mujer que lo despierta y lo invita a desayunar. El sueño se interrumpe cuando un militar encapuchado entra en la habitación y le dispara a la mujer en la cabeza.
- Escena 4: Frank se despierta sobresaltado. Toma una notebook y coloca el CD. Se reproduce un video donde un grupo de soldados encapuchados, en Afganistán, rodean a un hombre afgano al que están torturando. Les dice que él está del mismo lado que ellos. Ante una orden del interrogador, otro de los encapuchados le dispara al afgano en la cabeza. Frank cierra la notebook de un golpe.
- Escena 5: Frank visita a un amigo para contarle lo sucedido. Nos enteramos de que la familia entera de Frank fue asesinada, hace tiempo, y que él teme que el asesinato estuviera relacionado con sus acciones en Afganistán.
- Escena 6: Dos agentes secretxs caminan por un parque en Nueva York. La mujer expresa frustración porque su jefe no le deja investigar la muerte de un colaborador de ella en Afganistán. Le cuenta a su compañero que recibió un video anónimo donde se veía cómo era ejecutado por soldados estadounidenses encapuchados. Pero que no pudo guardar una copia. Nos enteramos de que en ese grupo de hombres estaba Frank Castle.
- Escena 7: La agente, que nos enteramos se llama Dinah, habla con su jefe. Lo convence de dejarla contratar un salón de entrenamiento militar privado para ir con sus compañerxs.
- Escena 8: Frank visita a una periodista amiga, Karen. Le pide que averigüe lo que pueda sobre Micro.
- Escena 9: Karen investiga en el diario en el que trabaja. Le cuenta a su jefe que en todo el sistema informático no hay ninguna información sobre Micro. El jefe le cuenta que hay un borrador de un artículo, guardado en papel, sobre un supuesto hacker de ese nombre, desertor del gobierno. Admite haber mantenido la información sin publicar ante la presión de un agente del gobierno, llamado Carson Wolf.
- Escena 10: Micro habita un búnker abandonado lleno de computadoras. Por unos monitores ve la actividad de su esposa y sus hijos en su hogar. Por lo que conversan nos enteramos de que piensan que él está muerto.
- Escena 11: Un grupo de maniobras especiales realiza un operativo en un lugar cerrado, a oscuras. Son observados por cámaras infrarrojas. Enfrentan una situación de rehenes y por accidente disparan a uno. Las luces se encienden y se revela que era todo un entrenamiento. El que disparó al rehén fue el compañero de Dinah de la escena 6. Dinah conversa con el dueño del lugar de entrenamiento, y nos enteramos de que formó parte del pelotón de Frank, aunque no de la misión en Afganistán. Le hace preguntas al respecto. El jefe de Dinah la ve conversar a través de monitores y cámaras. Se acerca a hablar con el dueño, interrumpe la conversación y se presenta como Carson Wolf.
- Escena 12: Karen le da a Frank información sobre Micro. Le dice que se trató de un empleado de la Agencia Nacional de Seguridad que hizo públicos crímenes de guerra, y supuestamente murió intentando escapar del arresto. El agente a cargo del arresto fue Carson Wolf.
- Escena 13: Cuando la esposa de Micro está llegando a su hogar en auto, Frank se lanza sobre el capot y finge ser atropellado. Consigue que ella lo invite a pasar y conversan acerca de Micro. Micro lo ve todo a través de sus cámaras. Agitado, va en auto hasta la puerta de la casa. Lleva un arma, pero no desciende del auto. Finalmente regresa al búnker cuando ve que Frank deja la casa.
- Escena 14: Carson Wolf llega a su casa, de noche. Frank, encapuchado, lo ataca por sorpresa. Wolf se defiende y se trenzan en una pelea violenta. Finalmente Frank lo supera. Wolf despierta tiempo después, atado a una silla. Frank, todavía encapuchado, lo tortura para obtener información acerca del arresto de Micro y el video de Afganistán. Wolf dice que él también es un torturador, y que sabe que la información obtenida por esos medios no es confiable. Consigue zafarse de la silla y quitarle el arma a Frank. Le remueve la capucha y lo reconoce. Le dice que lo va a ejecutar, y confiesa que él mismo y otras autoridades militares fueron los que asesinaron a la familia de Frank. Querían asesinarlo a él también, porque asumieron que fue él quien envió a Micro el video de la tortura. Wolf intenta disparar a Frank, pero la pistola está descargada. Frank se lanza sobre él y lo ejecuta, quebrándole el cuello.
- (El capítulo no termina ahí, pero las escenas siguientes no suman desarrollo. Más bien establecen temas a desarrollar en el capítulo siguiente. Por eso las ignoramos en el presente análisis.)
Las TICs como dispositivo de vigilancia e intromisión: La mirada ausente
En Adentro y afuera en la sociedad informacional (2),
(2) Karol, J. (1998). Adentro y afuera en la sociedad informacional: Una crítica al espontaneísmo tecnológico. En Finquelievich, S. & Schiavo, E. (compiladores), La ciudad y sus TICs (pp. 91-110). Buenos Aires: UNQ.
Jorge Karol denomina mirada ausente a aquella que considera que las nuevas tecnologías no pueden tener un impacto positivo en la sociedad. Que más valdría ignorarlas. El relato de Dos hombres muertos está atravesado por dispositivos de diferentes niveles de tecnología: Omnipresentes cámaras de seguridad, programas de computadora capaces de reconocer a alguien por su andar al caminar, celulares de pantalla no táctil, notebooks, DVDs, cámaras infrarrojas, un teléfono público. Todas operan como mecanismos de control de un personaje sobre otro, haciendo más pronunciadas las diferencias de poder preexistentes, diferencias basadas además en la información poseída y el acceso a ella. Frank es acosado por Micro, sin entender cómo supo que él está vivo, quién es, qué lo motiva ni qué pretende hacer con el video de Frank y sus compañeros torturando y ejecutando a un hombre. Dinah es observada y oída por Wolf a través de las cámaras de la sala de entrenamiento, y éste se apresura por acercarse a dar fin a su conversación. La familia de Micro se esfuerza por sobreponerse a la pérdida de un padre y esposo, sin saber que éste los está observando a través de cámaras ocultas, la principal oculta en el retrato familiar, reaccionando a sus comentarios como si él tomara parte en la conversación. Una conversación donde se hace presente nuevamente la obsesión de los personajes por tener control unxs sobre otrxs, con la madre pidiendo a sus hijxs adolescentes que le digan dónde están a cada momento.

Las TICs como dispositivo de subversión de la vigilancia: La apropiación
En Los Media y la modernidad, John B. Thompson declara que, en la comunicación, la recepción es evidentemente una actividad. (3)
Thompson, J. (1998). Los media y la modernidad: Una teoría de los medios de comunicación. Barcelona: Paidós.
Sus palabras son relevantes para el relato de Dos hombres muertos:
“En el proceso de recepción, los individuos utilizan los materiales simbólicos para sus propios propósitos, en formas que pueden resultar extraordinariamente variadas, aunque relativamente ocultas (…) pueden divergir considerablemente de los usos (…) que los productores de estos materiales tenían en mente.”
El hecho central de la trama es este tipo de apropiación: cuando trabajaba para el gobierno, Micro tomó un registro en video, realizado por la propia práctica militar, y lo hizo circular como un documento que evidencia crímenes de guerra. Esta acción desencadenó que Micro deba alejarse de su familia, que Dinah se entere de que su propio gobierno fue quien asesinó a su colaborador afgano, y que asesinen a la familia entera de Frank.
Durante el desarrollo del relato, una y otra vez los personajes, sabiéndose vigiladxs, encuentran modos de reutilizar esa situación a su favor. Micro existe como un hacker omnipresente, cuyo poder deriva de reutilizar las redes de información y vigilancia del Estado cuyo propósito original es, entre otros, encontrarlo y eliminarlo a él. Frank visita en persona el hogar de la familia de Micro, sabiendo la gran ansiedad que le generará a éste verlo dentro del único espacio al que no puede ingresar. Dinah utiliza la interrupción de Wolf para despertar el interés del dueño del lugar de entrenamiento, quien le propone encontrarse más tarde para hablar de su pasado con Frank.
Discurso I: La verdad analógica
De entre los diferentes discursos presentes en el relato, hay uno que propone la comunicación analógica como una vía a la verdad. Una superación de la tensión antes mencionada entre TICs de vigilancia y su apropiación subversiva. Frank, en su papel de investigador dentro de un relato policial, remonta la cadena de los hechos utilizando sólo recursos no digitales. Ya desde su motivación se establece el contraste con Micro: mientras que éste observa por una pantalla a su familia viva, Frank puede ver a simple vista, utilizando su recuerdo, sobre la cubierta del ferry a su familia muerta.
De hecho podríamos decir que Frank llega a la verdad precisamente por usar recursos no digitales. La que más lo ayuda es su amiga periodista, quien obtiene la información necesaria al realizar una investigación típica de la prensa en los tiempos del papel. Cuando ella, en una primera instancia, acude a las herramientas digitales, sólo encuentra recursos en blanco.
Con esta información Frank visita, a pie, la casa de Micro. Para manipular la comunicación con la esposa de éste no recurre a ninguna tecnología digital: se lanza encima de un auto, miente, se aplica sangre falsa en la cabeza. Todos mensajes analógicos. Por último, al abordar a Wolf, Frank no hackea su computadora: entra por la fuerza a su casa. Tampoco accede a documentos sin permiso: directamente lo ata a una silla y lo tortura. Y aún así, es sólo cuando renuncia a este último dispositivo de información, la tortura, cuando llega a la verdad; Wolf sólo habla cuando cree que es él quien está por matar a Frank. Pero, ¿podemos hablar tan livianamente de la tortura como un dispositivo de información?
Discurso II: La tortura, ¿una TIC como cualquier otra?
Otro discurso presente a lo largo de todo el relato es el desarrollo de una posición respecto de la tortura como práctica. Al fin y al cabo, como hemos comentado en el apartado sobre la apropiación, la trama crece en torno a un documento audiovisual que demuestra que una tortura ha tenido lugar. Lejos de ser sólo una excusa para construir una historia de espionaje, el tema impregna todas las escenas. Primero en un sentido general, con las ya mencionadas cámaras que obtienen información a la fuerza de quienes son sujetos a su mirada. Luego de modo figurativo en la pesadilla de Frank, que sueña que alguien ejecuta a su mujer, haciéndole a él lo que él y sus compañeros hicieron a otro. (Algunos espectadores del capítulo, incluso, podrán reconocer que el actor enmascarado que dispara a la mujer es el mismo que encarna a Frank, anticipando la confirmación en capítulos posteriores de que fue él mismo quién ejecutó al hombre torturado.) Inmediatamente después del sueño se nos muestra la reproducción del video, que da cuenta de una tortura ya ocurrida.
Luego de una representación tan gráfica, aunque (insistimos) presentada como ya ocurrida (el relato nunca abandona el presente de la reproducción del video en una pantalla; como espectadores, dos pantallas nos separan de la tortura en ese momento; es decir, no hay ingreso a flashback), la representación se retrae al plano verbal: Dinah comenta a su compañero que quiere investigar la tortura y ejecución de su colaborador afgano. Insiste en que se trataba de un hombre inocente. El discurso se perfila más: no se está pronunciando sobre la tortura de todo tipo de personas, rechazándola de plano como práctica deplorable, sino que diferencia la tortura de personas inocentes.
En la escena de entrenamiento el tema vuelve a estar presente sólo en un sentido general. Esta vez no se trata de la obtención de información a la fuerza, sino de los parámetros en los que se ubica el sufrimiento de un inocente en un contexto de guerra. El compañero de Dinah siente que fracasó en el ejercicio porque disparó sobre uno de los “rehenes”. Dinah y el dueño del local lo reconfortan, estableciendo que ese tipo de pérdidas son aceptables. Refuerzan su lugar como participantes pasados de la guerra verdadera, mientras que el compañero sólo ha asistido a simulaciones, e insisten en que la situación de combate es inherentemente caótica. Aquí el discurso, por boca de los personajes, establece que en la guerra no están claros los límites, las reglas, las vías de acción. Quizá esta operación nos induce a perdonar a Frank por haber torturado y ejecutado, incluso tratándose de un inocente, al sugerir que son sus superiores los verdaderos responsables de sus actos.
Finalmente, la tortura se manifiesta en forma total, gráfica y en tiempo presente, cuando Frank tortura a Carson Wolf. Teniéndolo atado a una silla, lo golpea, le dispara en la pierna, le mete el dedo en la herida. El discurso, ahora encarnado en Wolf, nos brinda una definición final de la tortura: lejos de suplicar y lamentarse, es Carson Wolf mismo quien se jacta de ser un torturador entrenado en Guantánamo. Critica el accionar de Frank no desde lo moral sino desde lo técnico, aduciendo que, incluso torturando a un no inocente, la información obtenida no resulta fidedigna. Después, lo ya dicho: Frank obtiene la información fidedigna al dejar de torturarlo. Pero el discurso ya se encargó de establecerlo como un acto técnico, no moral: Frank deja de lado la tortura como dejó de lado las computadoras. Mediante el uso, subversión y rechazo de las tecnologías de la información y comunicación, entonces, el relato Dos hombres muertos ha retratado la tortura como un hecho técnico: que puede perfeccionarse y enseñarse en las más altas esferas del Estado, que tiene lugar en contextos de disolución inevitable de los límites morales, que no debería aplicarse sobre inocentes, aunque el sufrimiento de los mismos pueda ser lamentablemente inevitable, y que presenta la importante desventaja de no producir información fidedigna.
Construye, en suma, a la tortura como una herramienta avanzada del Estado moderno, trabajando en conjunto con otras TICs como las redes de cámaras de seguridad, los salones de entrenamiento con cámaras infrarrojas, los sistemas informáticos en línea… la cámara digital que registra una tortura para el archivo de la guerra. Despojándola, así, de su dimensión moral. (4)
(4) No podemos dejar de traer a la memoria la siguiente cita de citas: “…el general (…) hizo la declaración siguiente: ‘Somos demasiado propensos a convertir los instrumentos tecnológicos en chivos expiatorios (…) Los productos de la ciencia no son en sí buenos o malos; es la manera en que se emplean lo que determina su valor.’ Ésta es la voz del actual sonambulismo. Y si dijéramos: ‘La tarta de manzana no es buena ni mala en sí; es la forma en que se emplea lo que determina su valor.’ O bien: ‘El virus de la viruela no es en sí ni bueno ni malo; es la forma en que se emplea lo que determina su valor.’” McLuhan, M. (1996.) Comprender los medios de comunicación: Las extensiones del ser humano. Barcelona: Paidós.
Me gustó. A partir de qué punto algo deja de ser lo que es, para convertirse en un recurso de información? Un guisito en tu casa, puede concebirse en un recurso de información análogo si lo vemos desde el punto de vista de alguien que pudiera darle uso a la información que ofrecen las reuniones informales?
¡Gracias!
Qué lindo sería si Punisher obtuviera su información mediante un guisito…
Mi sospecha es que el ritual del guiso se viene realizando más o menos igual hace cientos de años, por suerte. Pero lo que están haciendo, a partir del siglo XX, al aplicar la ciencia a la tortura… No es por desmerecer las atrocidades de la Inquisición y otros ejemplos, pero en estos casos me horroriza el desapasionamiento. No tengo la base de conocimientos de historia para saberlo, pero me da la sensación de que es algo parecido a lo que hicieron los estadounidenses con la esclavitud: un concepto antiquísimo llevado a un nivel muy superior de crueldad y odio. (Al punto de que, cuando en mi colegio dimos la Odisea, me sorprendió que se llamara esclavos a hombres que no eran humillados constantemente.)